Pero sorprendentemente, la pregunta más común que recibo es ninguna de las anteriores. Más bien, la pregunta de divorcio más común que recibo es: “¿Qué hice mal en mi matrimonio para encontrarme aquí?” Y proviene de todos: hombres y mujeres, quienes comenzaron el proceso de divorcio y quienes se sorprendieron por el deseo de su cónyuge de separarse. Incluso lo escucho de quienes han tardado meses o años en reunir el coraje y los recursos para dejar una relación enfermiza.
Es extremadamente raro que una persona sea la única responsable del fracaso de una relación. Visto desde esta perspectiva, la pregunta puede ser informativa e importante para la autoconfianza, el crecimiento y el éxito de futuras relaciones. Más a menudo, sin embargo, escucho una sensación de vergüenza en la pregunta. Una sensación de fracaso es una reacción perfectamente normal ante un divorcio o una ruptura. Después de todo, el matrimonio “debería” durar para siempre, y su separación suele ser complicada, costosa y emocionalmente agotadora.
Con tasas de divorcio en los EE. UU. que oscilan entre el 40 y el 50 por ciento, hay muy pocas personas cuyas vidas no se hayan visto afectadas por un divorcio, incluso si no es el suyo. Y, sin embargo, el divorcio se describe repetidamente como una soledad brutal. Y como tantos otros desafíos en la vida (por ejemplo, enfermedades crónicas o debilitantes, salud mental e infertilidad), puede ser muy difícil hablar de ellos.
Una clienta me dijo que estaba desesperada por viajar a casa de sus padres en busca de consuelo, pero que no había encontrado la fuerza para contarles lo que estaba pasando. “Tengo miedo de su reacción”, dijo. “Se preocupaban por mi matrimonio y sé lo decepcionados que estarán. Eso no puede pasar en nuestra familia”. Otra quería que su cónyuge fingiese que todo estaba bien frente a sus amigos en una fiesta de Navidad. Muchas personas cambian sus rutinas o se quedan en casa para evitar enfrentar problemas. Otros tienen un problema diferente: sus amigos y familiares están tan ansiosos por denigrar al cónyuge/ex que no hay lugar para la discusión o los matices. Algunos incluso informan sentirse avergonzados de haber elegido a esa persona.
No estoy sugiriendo que todos en nuestras vidas deban recibir la misma cantidad de detalles e información. Pero cuando las personas están dispuestas a intercambiar el apoyo que desean de alguien a quien aman para mantener la apariencia de éxito, vale la pena pensar de nuevo.
Al igual que con otros desafíos de la vida, podemos aliviar el trauma de un divorcio siendo honestos acerca de lo que implica. Esto comienza con la creación de un entorno de aceptación que anulará la decisión de solicitar el divorcio. En cambio, cada persona merece la confianza para tomar las mejores decisiones para su vida, recibir apoyo para lidiar con su dolor y pena, y ser reconocida por su coraje al abordar un nuevo rumbo desafiante.
Para aquellos que se sienten avergonzados y evitan personas y situaciones que de otro modo disfrutarían, estas estrategias pueden ser útiles.
1. Concéntrate en tus grandes metas y planes futuros
Pregúntese: ¿qué pasaría si pudiera ver su futuro y se viera increíble? Sea específico sobre las cosas que quiere hacer y lograr, ¡y permítase soñar en grande! Anótelos y publíquelos en algún lugar donde los vea regularmente. Vuelve a visitarlos cuando te sientas estancado y desafíate a ti mismo a dar un solo paso hacia ese sueño. ¿Qué acción tomará y cuándo? ¿Cómo será el éxito?
2. Crea mensajes para las personas en tu vida, incluyéndote a ti mismo
Decide cómo quieres hablar con familiares y amigos y, lo que es más importante, ¡cómo quieres hablar contigo mismo! Los mensajes facilitan tener conversaciones que de otro modo evitarías. Para aquellos con niños, mensajes como estos pueden ayudar a establecer el tono:
- “Nuestro matrimonio está llegando a su fin, pero nuestros hijos siempre nos unirán. Ambos estamos decididos a ayudarlos con amor y constancia. No hablaremos mal del otro padre”.
- “Por favor, ayúdenme a tratar a mi ex con compasión. Estamos tristes y abrumados al mismo tiempo”.
Practica el amor propio, la bondad, la compasión y la aceptación de ti mismo.
- “Soy fuerte y resistente. He hecho cosas difíciles antes y puedo hacerlo”.
- “Soy digno de amor y pertenencia”.
- “Mi único, asombroso y próximo mejor yo está ahí afuera, incluso si no estoy allí hoy”.
3. Obtén apoyo
Es probable que necesite al menos un cuidador profesional y uno personal para ayudarlo durante su divorcio. Personalmente, la parte más difícil es pedirle a la persona adecuada lo que necesitas. ¿Quién está detrás de ti al 100 por ciento? ¿Pueden ayudarlo a compartir información con otros? ¿Pueden escuchar sin calentar la situación y dar una retroalimentación honesta? Elige a alguien en quien confíes.
Hay muchas oportunidades de carrera. Los abogados, entrenadores y mediadores ofrecen diferentes servicios y vale la pena investigar para encontrar la mejor solución para su situación particular.
Estas y muchas otras herramientas están disponibles para hacer que el proceso de divorcio sea más fácil y menos aislado. Aunque parezca un largo camino por recorrer ahora, el divorcio puede ser el catalizador para una transformación positiva hacia el maravilloso futuro que se merece.